El buque escuela Juan Sebastian de Elcano

A riesgo de que nuevamente repita el tema milico, este post no lo podía dejar de editar, mi vida siempre a estado vinculada a la mar, y a pesar de que hace relativamente poco tiempo se llevo a alguien muy joven y muy querido, la mar siempre me fascina, ella y todo lo que conlleva, y si son navíos de vela pues ya me pongo a observar ensimismado todos los detalles, mas que si seria una buena neska.
Nací en un pueblo marinero, en Santurce, mi abuelo era arrantzale, patrón de pesca, mi abuela fue sardinera, mi padre navego muchos años, yo comencé con quince años a trabajar como aprendiz eléctrico en barcos, hice la mili en la Armada, en la inf. de marina, trabaje cuatro años ampliando el puerto, en fin que siempre miro hacia el mar si puedo, y si es el cantábrico mejor.
En cierta ocasión y no recuerdo el motivo (Una conmemoración o algo así) atracaron en el arsenal naval de Ferrol, varios buques escuela de distintos países, me toco durante varios días a mi y a varios mas, hacer el servicio de acompañar a los grupos de visitas, era un poco chusco ya que se realizaba con uniforme de bonito, pero tratabas con la gente y eso pues cambiaba las cosas, sobre todo cuando en el grupo que te tocaba había chavalas claro, si te tocaba el autobús de jubilados pues nada, mala suerte y a ver si hay suerte con el siguiente. Estos servicios que duraron una semana, me toco hacerlos en el buque escuela español Juan Sebastián de Elcano y en el buque escuela chileno Esmeralda, debo confesar que como ya explique antes, me fascinan este tipo de barcos, vamos que la gozaba paseando por sus cubiertas y explicando detalles, aquellos días rompieron la monotonía del día a día militroncho.
Resulta que después de sesenta años sin entrar en puertos vascos, el sábado 28 de Junio, atraco en el marítimo de Getxo, el buque escuela Elcano, estaría dos días y soltaría amarras rumbo a Brest (Francia) el martes a la mañana. Hacia mas de veinte años que no lo admiraba y no me lo perdería. Coincide la visita del barco con la explosión de alegría que los chicos de la selección de fútbol han proporcionado a toda España, será por eso que la cola para visitarlo es de mas de cien metros, con un sol de justicia y la gente tozuda a visitarlo, a pesar de que los grupos son de veinticinco personas y se mueve la cola, estamos mi amigo y yo una hora esperando a pasar, y cuando estamos en puertas …me dio un golpe de calor que me tumbo. Que vergüenza redíos, nunca me había pasado; no contaba con que el hardware estuviese tan tocado, la cosa es que me tuvieron que atender y lo pase mal. Pero desde los operarios de la autoridad portuaria, medico y guardia civiles, además y como no del personal del buque que me atendieron, se preocuparon por mi y me dieron palique hasta que se me paso, pues a todos ellos les agradezco en el alma su atención hacia mi.
Finalmente aunque renqueante realice la visita, volvía a pisar esa cubierta de madera después de tantos años…volvía a admirar sus bellas formas, sus cuatro palos, cada uno con el nombre de un buque escuela anterior: Blanca, Almansa, Asturias y Nautilus. El guardiamarina que nos guiaba estupendamente y con mas enjundia que nosotros años atrás, pues era un chaval asturiano que todavía estaba afónico del día anterior (la final contra Alemania), nos confeso que no habían tenido en ningún puerto tal marea de gente como la que estaban teniendo ese día y con el calor que pegaba, varias veces repitió que el barco era un bien de todos los españoles y por eso nos sintiéramos como en casa, la gente comenzó a coger confianza y acabamos sacando fotos y estrechando manos a diestro y siniestro, alguien dijo…no vuelvan a tardar sesenta años en volver, vengan todos los años a este que es su puerto, que Elcano era de Guetaria y de entre los vascos salieron siempre los mejores marinos, como el insigne oceanógrafo y héroe de Trafalgar, Brigadier Churruca que era de Mutriko.
Con esta salve marinera quiero homenajear desde mi post, (que para eso es mío y hago en el lo que me da la gana) a toda la gente de la mar, a todos los que dejaron la vida en ella, jamás os olvidaremos.
Salve, estrella de los mares…